VIDA Y PODER INFINITO

 
El hombre posee, aunque en general no lo sabe, ilimitado Poder. 

Este Poder, por ser del Espíritu, es invencible. 

No es el poder de la vida cotidiana, de la voluntad finita, o de la mente humana, sino que trasciende a éstos, porque, siendo espiritual, es de orden más elevado que el físico y hasta que el mental. 

Este Poder está latente y oculto en el interior del hombre hasta que éste ha evolucionado lo suficiente como para que se le pueda confiar el ejercicio de tal poder.

El pensamiento es un poder espiritual de formidable potencia, pero tampoco es el poder a que nos referimos. 

Por medio del pensamiento, el hombre puede elevarse y ponerse en contacto con la Central Generatriz del Universo o desvincularse enteramente del influjo Divino. 

Su pensamiento es su arma más poderosa, porque con él puede dirigirse al infinito o apartarse (en consciencia, aunque no en realidad) de su Fuente Divina.

Por la Chispa Divina que mora en su interior, la cual es su Yo real, el hombre está inseparablemente unido al infinito. 

La Vida y el Poder Divinos serán suyos en cuanto se de cuenta de que son suyos. En tanto que ignore su unidad con la Fuente Divina de toda vida, es incapaz de apropiarse del poder que es realmente suyo. 

Pero en cuanto penetra en ese conocimiento interno, se encuentra en posesión de infinito poder e ilimitados recursos.

Este Poder, entonces, es de Dios; sin embargo, también es del hombre, pero a éste no se le revela ni se le confía hasta que resulte apto para utilizarlo inteligentemente.

Sólo cuando el hombre se da cuenta de su unidad con la Fuente Divina, se siente inflamado del Poder Divino. 

Es cierto que hay hombres de personalidad vigorosa que, con profunda fe en su poder de logro y éxito, utilizan inconscientemente poderes cuyo origen desconocen, y así son capaces de elevarse muy por encima de sus iguales. 

También hay quienes invierten todo el tiempo de que disponen en la busca de conocimientos sobre poderes ocultos. 

Estos leen todo libro sobre ocultismo que cae en sus manos, pero nunca encuentran lo que buscan, porque hay poderes e influencias espirituales que velan los ojos de los buscadores, hasta que estén debidamente preparados para la revelación.

Cuando el hombre, en la búsqueda de la Verdad, renuncia a la pasión egoísta por las cosas indignas, y cesa de oponer su propia voluntad a la más grande Voluntad del Todo, está preparado para la revelación de su unidad con el infinito. 

El implícito sometimiento a la Voluntad del Todo podrá parecer, al no iluminado, un acto de debilidad, cuando, en vez, es la entrada a una vida de casi ilimitado poder.

El hombre no está separado de su Divina Fuente, y nunca lo ha estado ni lo puede estar. Es, en realidad uno con el Infinito. 

La separación que siente y experimenta es sólo mental, y debida a su ceguera e incredulidad. 

El hombre nunca puede estar separado del Espíritu, pues él mismo es Espíritu. Es parte integrante de un todo completo. Vive, se mueve y tiene su ser en Dios (el Espíritu Universal y Omnipresente), y Dios (el Espíritu) mora en él.

La mayoría de la gente ignora esta relación íntima con lo Divino, y porque lo desconoce o porque rehúsan creerlo, están, en cierto sentido, separados de la vida interna de Dios. Sin embargo, esta separación es en sus pensamientos y creencias, y no en la realidad. 

El hombre no está separado y nunca lo podrá estar; no obstante, en tanto que crea que está separado y sólo, será y se sentirá débil y desvalido como si realmente lo estuviese. Tan pronto como el hombre se da cuenta de su relación con el Infinito, pasa de la debilidad al poder; de la muerte a la vida.

En un momento se siente en el desierto, alejado. 

Débil, separado y sólo; momentos después, se da cuenta de que es nada menos que un Hijo de Dios, con todos los privilegios y poderes inherentes a tan exaltada relación. 

Se da cuenta, además, de que todo el Poder del Infinito está a su alcance, de que en realidad nunca puede fracasar, que va encaminado hacia la victoria.

Insistimos: si cree que su trabajo es difícil y que no puede hacer frente a su tarea, se encontrará con que realmente su labor es difícil y está más allá de sus posibilidades. 

Si por el contrario, cree que su trabajo es fácil, o que dentro de una forma u otra, está dentro de su capacidad, se encontrará con que es así y que podrá realizar su labor sin inconvenientes.
Tomado de: 

El Poder está en Ti
Por Henry Thomas Hamblin