SINTONIA CON EL DIVINO PLAN


En el gran laboratorio de la naturaleza se trabaja sin descanso. La linda flor que se ve gallardamente ataviada y perfumada, es un artesano laborioso que se alimenta con agua, con sol y la fertilidad de la tierra. 
El hombre tiene que vivir en sintonía con el plan divino y respetar siempre la dignidad de cada uno de sus semejantes; sean pobres, hambrientos, enfermos, desvalidos o moribundos. Vivamos siempre como transportados en las melodiosas notas de una música que con sus alas de oro nos llevarán junto a seres celestiales a través del misterioso espacio. 
El camino de la vida es un maravilloso camino. 
Está lleno de maravillosos encantos, de hermosuras increíbles, pero hay que descubrir estas bellezas recorriendo el camino con fe, con optimismo, con los ojos bien abiertos. La lámpara del cuerpo son los ojos: si los ojos son sinceros, todo el cuerpo será luminoso (Mateo 6; 22). 
Las cosas pequeñas por lo general, tienen gran importancia, grandes significados. Por ejemplo: la chispa de Dios que tenemos cada uno dentro, tratemos de descubrirla y darle la importancia correspondiente. 
Así como la belleza de la flor depende del desarrollo de sus raíces, la vida y realizaciones del hombre depende de la obra que realiza en el silencio. 
Hay que vencerse día a día. Hay que vencer todo aquello que nos impide avanzar en el sendero. Hay que derribar las murallas que levantaron el egoísmo y la injusticia, tenemos que aprender a caminar juntos, a crear juntos sin competiciones estériles y junto a todo esto, tenemos que aprender la solidaridad, las ganas de ayudarnos, aun sin recibir recompensa de ningún tipo. 
Esta es la cruz que Cristo quiere que llevemos juntos. La gran canción del triunfo está dentro de nosotros, pero para escucharla, debemos ser optimistas, tener entusiasmo, no desfallecer nunca, no entregarnos nunca y tener siempre la convicción de que saldremos adelante. El sufrimiento es un cheque del cielo que alegra lo más noble de nuestro ser. A veces como dice el salmo, aunque tenemos ojos, no vemos. 
Algo que debería ser como decoración hermosa de nuestra vista como: el sol, la luna, las flores, etc., muchas veces son indiferentes a nosotros. Por la mañana cuando despierte, no permita que pensamientos negativos se apoderen de Ud. 
Tome las riendas de sus pensamientos y condúzcalos por la senda del optimismo. La tristeza, los disgustos, los resentimientos, la soledad, el nerviosismo, no pasan de ser cuadros mentales, que uno nutre en la mente, y con la misma mente pero con fe y optimismo, se pueden cambiar. 
Hay quienes han profanado la máxima esencia de Cristo: LA VERDAD y no solo eso, sino que utilizan la mentira y quieren hacer creer que es la verdad.
Anhelemos una paz completa, profunda y constructiva. 
Paz en los hogares, las calles y en todo lugar. Sobre todo una paz de Espíritu, una paz que podamos transmitir y ofrecer a los demás. Todos somos portadores de mensajes. A veces, ellos están escondidos en nuestro interior. Feliz quien sabe transmitir algo que pueda ser importante para otros. Muchas veces nos alabamos a nosotros mismos y nos levantamos disimuladamente estatuas y monumentos, en lugar de ayudar a los demás a levantarse a un grado de vida mas digna. No somos buenos suficientemente porque ignoramos de cuánto bien nos privamos al no ser buenos. Tenemos miedo de conocernos a nosotros mismos por miedo a que encontremos en nuestro interior algún monstruo, sin pensar que, dentro de nosotros podemos encontrar invaluables tesoros. 
Mientras más limpio de corazón sea el hombre, más sabrá servir a sus semejantes.

200 QUINTILLONES DE CELULAS SU RELACION CON LAS 12 INFLUENCIAS ZODIACALES

El ser humano está compuesto de 200 quintillones de células cada una con su correspondiente citoplasma y su núcleo. 
Cada célula es un circuito resonador y todos los 200 quintillones del individuo, con todas las frecuencias oscilatorias obedecen y determinan sus reacciones por el principio del pensamiento-vibración. *En cada ser hay mente, y una mente en cada célula o partícula. Cada mente cumple una finalidad distinta a través de las funciones propias de su organismo; pero las 200 quintillones de mentes que constituyen la unidad de nuestro ser, obedecen todas a una sola y misma inteligencia y vibran todas al sonido de nuestro verbo. *
Los sabios de la antigüedad establecieron una relación entre la cabeza del hombre y los atributos a que da lugar la actividad de su masa encefálica en cada sector, con los doce signos zodiacales. En el supuesto de que cada sector está formado por células cuyos resonadores tengan la capacidad que corresponde a la resonancia de cada signo; sin embargo, el hombre de voluntad y saber, puede producir en los sectores de su propia cabeza la resonancia deseada, por medio del Verbo.
Los antiguos atribuyeron a cada signo y sector comprendido de la cabeza, ciertos atributos y son:

a) Aries: entre el medio de la cabeza y la cúspide de la frente. Esta región es centro de Esperanza y Fe.
b) Tauro: desde la cúspide hasta la parte media de la frente: Inspiración y Amistad.
c) Géminis: desde la parte media de la frente hasta la parte superior de la nariz: Visualización y Atención.
d) Cáncer: desde la parte superior de la nariz hasta el labio: Protección e Integridad.
e) Leo: desde el labio hasta la parte inferior de la barbilla: Libertad y Determinación.
f) Virgo: desde la parte inferior de la barbilla hasta la inferior de la glotis: Expresión y Comunión.
g) Libra: desde el glotis hasta los omóplatos: Estabilidad y Contemplación.
h) Escorpio: desde los omóplatos hasta la parte superior de la nuca: Pasión y Sensualidad. i) Sagitario: desde la parte superior de la nuca hasta la mitad de la región anterior de la cabeza: Inspiración y Conocimiento.
j) Capricornio: desde la región anterior de la cabeza hasta la mitad de la región anterior de la cabeza: Defensa y Agresividad.
k) Acuario: desde la mitad de la región anterior de la cabeza al nacimiento de la coronilla: Intelección y Control.
l) Piscis: desde la coronilla hasta la mitad de la cabeza: Devoción y Reverencia.

Existe una leyenda que afirma que hubo un tiempo en que el hombre poseía una palabra mágica que, al pronunciarla, adquiría el poder de realizar fenómenos maravillosos, tales como hacerse invisible, obtener una alfombra mágica para transportarse a lugares lejanos, otorgar la salud, multiplicar sus fuerzas, conocer lo oculto y lo manifestado, y obtener todo lo que desea su corazón. Pero el hombre de hoy olvidó la manera de pronunciar esa palabra, desde el momento en que su codicia le hizo olvidarse del buen uso que tal poder le concedía.

Esta palabra se llama hoy “La Palabra Perdida”
Del Libro El Poder de las Letras