“Vencer el Cáncer mediante la Nutrición”

Patrick Quillin, Ph.D., R.D., C.N.S., es Director de Nutrición de los “Centros de Tratamiento del Cáncer en América” en Tulsa, Okla, y autor de “Vencer el Cáncer mediante la Nutrición” (Nutrition Times Press, 1998).



Fuente: Notas de Prensa

Patrick Quillin

El Dr. Patrick Quillin es un experto reconocido internacionalmente en el área de la nutrición y cáncer. Con más de 27 años de experiencia como nutricionista clínico, de los cuales 10 años los pasó como vicepresidente de Nutrición para Cancer Treatment Centers of America, donde trabajó con miles de pacientes de cáncer en un hospital.

Ha aparecido en más de 40 programas de televisión y 220 programas de radio en todo el país y es un ponente habitual en convenciones médicas, incluyendo la Asociación Americana de Médicos de Naturopatía y Medicina Integrativa. Ha sido consultor de los Institutos Nacionales de Salud, el Ejército de los EE.UU., el Breast Cancer Research Group, Scripps Clinic, La Costa Spa y United States Department of Agriculture; ha enseñado nutrición en la universidad durante más de 9 años, y ha trabajado como dietista del hospital. El Dr. Patrick Quillin está en la lista de” Quién es quién en la ciencia “.

Durante los últimos 10 años he trabajado con más de 500 pacientes con cáncer como director de nutrición de los “Centros de Tratamiento contra el cáncer en América”, en Tulsa, Okla. Me sorprende cómo no se tiene en cuenta el simple concepto de que “el cáncer se alimenta de azúcar” dentro de un plan de tratamiento integral del cáncer. De los 4 millones de pacientes con cáncer que han sido tratados hoy en América, casi a ninguno se le ofrece una terapia de nutrición con base científica más allá de recomendarles que coman “alimentos saludables”. La mayoría de los pacientes con los que trabajo no han sido asesorados nutricionalmente. Creo que muchos pacientes de cáncer mejorarían mucho si controlaran el aporte del combustible favorito de cáncer, la glucosa. Al disminuir la tasa de crecimiento del cáncer, los pacientes permiten a sus sistemas inmunológicos y a las terapias médicas (quimioterapia, radiación y cirugía para reducir la masa del tumor) vencer a la enfermedad. Controlar los niveles de glucosa mediante dietas, suplementos nutricionales, ejercicios, meditación, y medicamentos cuando sea necesario, puede ser uno de los componentes más cruciales en un programa de recuperación del cáncer. La cantinela que “el azúcar alimenta al cáncer” es simple. Sin embargo, la explicación resulta un poco más compleja.

Otto Warburg

En 1931 el premio Nobel en medicina German Otto Warburg, descubrió por primera vez que las células cancerígenas tienen un metabolismo energético diferente comparado al de las células sanas. El quid de las tesis de este premio Nobel era que los tumores malignos, al contrario que los tejidos normales, presentan frecuentemente un incremento en la glicólisis anaeróbica – un proceso en el que las células cancerígenas usan la glucosa como carburante y obtienen como producto de desecho ácido láctico. Posteriormente, esta gran cantidad de ácido láctico generado por la fermentación de la glucosa de las células cancerígenas es transportada al hígado. Esta conversión de glucosa en lactato genera un pH más ácido en los tejidos cancerígenos, así como fatiga generalizada derivada de la elaboración del ácido láctico. Así, los tumores grandes tienden a exhibir un pH más ácido. Este ineficiente proceso de metabolismo energético produce únicamente 2 moles de adenosín trifosfato de energía por un mol de glucosa. Extrayendo solamente alrededor del 5% (2 con respecto a 38 moles de ATP) de la energía disponible en los alimentos y en los almacenes de energía del cuerpo, el cáncer está desperdiciando energía, y el paciente se encuentra cansado y mal nutrido. Esta es la razón por la cual el 40% de los pacientes de cáncer mueren de malnutrición o cachesia.

De ahí que las terapias contra el cáncer deban regular los niveles de glucosa a través de la dieta, suplementos nutricionales, soluciones no orales para los pacientes con cachesia que han perdido el apetito, medicación, ejercicio, pérdida gradual de peso y reducción del estrés.


En este punto del proceso cancerígeno, una orientación profesional acompañada de la auto disciplina del paciente son cruciales. El objetivo no es eliminar azúcares o carbohidratos de la dieta sino mantener los niveles de glucosa en unos márgenes estrechos para conseguir matar de inanición al cáncer y fortalecer el sistema inmunológico.

El índice glicémico mide como un determinado alimento afecta los niveles de glucosa en sangre, asignando a cada alimento un número dentro de una clasificación. Cuanto menor sea la puntuación obtenida más lento será el proceso de digestión y asimilación, lo que implica una absorción más gradual de los azúcares en la sangre. De forma paralela, una puntuación elevada significa que los niveles de glucosa se incrementan de forma rápida, lo que estimula al páncreas a segregar insulina para bajar los niveles de azúcar. Esta rápida fluctuación de los niveles de azúcar en sangre es contraproducente debido al estrés que genera en el cuerpo.

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